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Sunday, September 24, 2023
Argentina: 13ª Encuentro soberano de los Pueblos Fumigados bonaerenses
Argentina: 13ª Encuentro soberano de los Pueblos Fumigados bonaerenses
Leyendas popularescine Finlandia: SISUhttps://www.tokyvideo.com/es/video/sisu-pelicula-completa-en-espanolDurante los últimos y desesperados días de la Segunda Guerra Mundial, un solitario buscador de oro (Jorma Tommila) se cruza con los nazis en una retirada al norte de Finlandia. Aunque no existe una traducción directa de la palabra finlandesa "sisu", este legendario ex-comando encarnará lo que significa sisu: una forma de coraje ...https://www.filmaffinity.com/es/film872693.htmlSISU
Sisu es una palabra finlandesa que representa un concepto único, a menudo considerado una de las características culturales centrales de Finlandia. Es una cualidad o rasgo que se refiere a la determinación extraordinaria, la resistencia, el coraje y la perseverancia frente a la adversidad o las circunstancias desafiantes.
El término "sisu" no tiene un equivalente inglés exacto, pero encarna la idea de tener fuerza interna, agallas y fortaleza para seguir avanzando incluso cuando las probabilidades parecen insuperables. Es una cualidad que permite a las personas mantener una actitud positiva y tomar medidas a pesar de los obstáculos abrumadores.
Sisu está profundamente arraigado en la cultura finlandesa y tiene un significado histórico, especialmente durante tiempos difíciles como guerras o condiciones climáticas adversas. Se ha considerado una de las razones detrás de la resistencia y el éxito del pueblo finlandés, tanto como individuos como como nación.
Sisu tiene un significado profundo y casi místico para el pueblo finlandés. En lugar de una muestra de coraje momentáneo, sisu encarna la capacidad de mantener el coraje con el tiempo. Capturando la esencia de la identidad y el carácter finlandeses, Sisu personifica la filosofía de lograr lo que hay que hacer, independientemente de los sacrificios involucrados.
Esta característica inherente del pueblo finlandés puede compararse con atributos como columna vertebral, resistencia, agallas y perseverancia inquebrantable. Va más allá de las meras dificultades y abarca un sentido de integridad que conduce a resultados exitosos.
Los finlandeses demuestran sisu al recuperarse de los fracasos, aprender de ellos y mostrar una fuerza de voluntad inquebrantable. Este espíritu indomable se ejemplifica en varios aspectos de la cultura finlandesa: por ejemplo, Finlandia tiene autos de marca sisu y vehículos blindados sisu. Monte Sisu, una montaña conquistada por el alpinista finlandés Veikka Gustafsson en la Antártida, representa aún más la resistencia y la determinación encarnadas por sisu.
En un excelente artículo sobre el concepto de sisu, Dr. Tuomas Tepora afirma que una persona con sisu navega tranquila pero robustamente en medio de las dificultades de la vida y deberían ser estas dificultades superar, él o ella se lleva la victoria sin hacer demasiado ruido al respecto, pero si uno falla, las cosas simplemente continúan como de costumbre. Como tal, según el Dr. Tepora, sisu, no solo representa el heroísmo bajo presión, sino también la compostura en medio de alegres celebraciones. Haciéndolo algo parecido al famoso pareado en el poema de Rudyard Kipling "If".
Para aprender sobre la historia del sisu, sus cualidades fundamentales y si demasiado sisu puede ser dañino, recomiendo leer la publicación del blog Psychology Today Sisu: el secreto finlandés de la fuerza interior y la resiliencia por personalidad y psicólogo intercultural, Anu Realo Ph.D.
https://www.all-about-psychology.com/sisu-meaning.html
Prólogo: ¿El fin de qué? Introducción: Concatenación, conjunción y conexión
Parte 1: La sensibilidad
1. La infoesfera sensitiva 2. La piel global: un mosaico transidentitario 3. La genealogía estética de la globalización
Parte 2: El cuerpo del general intellect
4. Lenguaje, límite, exceso 5. Los avatares del general intellect 6. El efecto enjambre
Parte 3: La subjetivación
7. Morfogénesis social y neuroplasticidad 8. Lo transhumano 9. El horizonte de mutación 10. Conciencia y evolución 11. El fin
5 LOS AVATARES DEL GENERAL INTELLECT
LA MATRIX Y LA NUBE
En mi opinión, las películas de Lana y Andy Wachowski (Matrix y El atlas de las nubes) son meditaciones visuales acerca del determinismo y la libertad, acerca de la neuroplasticidad y el entramado del tiempo. ¿Puede la matrix capturar la cognición y la sensibilidad, cuando sabemos que la cognición y la sensibilidad, como las nubes, son imposibles de mapear?
La red global de automatismos algorítmicos que ha penetrado en la esfera del capitalismo financiero es un intento por cartografiar y someter el general intellect. Puede que este intento tenga éxito, en la medida en que aquel pueda ser reducido a un sistema de funciones operativas, implicaciones lógicas e interacciones tecnológicas. Por el contrario, puede que no tenga éxito, ya que el general intellect posee un cuerpo, que es el cuerpo de incontables trabajadores cognitivos que viven bajo condiciones de precariedad salarial, competencia estresante, explotación e hiperestimulación nerviosa.
Aquí reside el punto débil de la matrix, aquí se halla la única salida del proceso de dominación total del cerebro social, del neurototalitarismo que se percibe hoy en día como una fatal e inminente posibilidad.
El cuerpo del cognitariado (la fuerza de trabajo cognitiva sometida por la máquina lingüística) está compuesto por la existencia individual de millones de personas que están sentadas frente a la pantalla interconectada, la cadena de montaje virtual del semiocapitalismo. Por este motivo, este cuerpo no es completamente reductible a la matrix, pues no es solo intelecto, sino también sensibilidad. El general intellect tiene un cuerpo sensible-sensitivo que siente placer y dolor, mientras no esté sometido a la anestesia total. Es una nube, una vibración en constante variación de emociones, expectativas, miedos, deseos y agotamiento. La nube no puede ser cartografiada, como sugiere David Mitchell en su novela, y Lana y Andy Wachowski en su película.
La nube es la irreductibilidad de la psicoesfera al determinismo y la trazabilidad absoluta. La sensibilidad es el exceso, la plusvalía de vida emocional que no puede ser traducida a un algoritmo.
TRABAJO ABSTRACTO Y GENERAL INTELLECT EN MARX
Comencemos por el concepto de trabajo abstracto. Con esta expresión, Marx se refiere al valor en cuanto cristalización del tiempo de trabajo, y al trabajo en cuanto tiempo materializado en el valor. Lo que el capital debe movilizar no es la habilidad concreta para producir cosas útiles, sino la habilidad abstracta del tiempo sin calidad para generar valor.
La indiferencia frente a un género determinado de trabajo supone una totalidad muy desarrollada de géneros reales de trabajos, ninguno de los cuales predomina sobre los demás. Así, las abstracciones más generales surgen únicamente allí donde existe el desarrollo concreto más rico […]. Por otra parte, esta abstracción del trabajo en general no es solamente el resultado intelectual de una totalidad concreta de trabajos. La indiferencia por un trabajo particular corresponde a una forma de sociedad en la cual los individuos pueden pasar fácilmente de un trabajo a otro y en la que el género determinado de trabajo es para ellos fortuito y, por lo tanto, indiferente. (1)
La abstracción del trabajo se expande progresivamente hacia todas las formas posibles de actividad social. El punto final de este proceso es el sometimiento de la actividad mental a la esfera de la valorización del capital y la abstracción de la actividad mental en sí misma:
el aumento de la fuerza productiva del trabajo y la máxima negación del trabajo necesario son la tendencia necesaria del capital.
La realización de esta tendencia es la transformación del medio de trabajo en maquinaria. […] el valor objetivado en la maquinaria se presenta además como supuesto frente al cual la fuerza valorizadora de la capacidad laboral individual desaparece como algo infinitamente pequeño […]. (2)
Gracias a la acumulación de la ciencia y las fuerzas generales del intelecto social, el trabajo físico deviene superfluo. La tendencia del capital es eliminar el trabajo humano tanto como sea posible para reemplazarlo por el uso tecnológico de la ciencia. Pero el capital necesita, simultáneamente, explotar el trabajo humano, ya que el valor abstracto solo es generado por este.
La naturaleza no construye máquinas, ni locomotoras, ferrocarriles, electric telegraphs [telégrafos eléctricos], selfacting mules [hiladoras automáticas], etc. Son estos productos de la industria humana; material natural, transformado en órganos de la voluntad humana sobre la naturaleza o de su actuación en la naturaleza. Son órganos del cerebro humano creados por la mano humana; fuerza objetivada del conocimiento. El desarrollo del capital fixe revela hasta qué punto el conocimiento o knowledge social general se ha convertido en fuerza productiva inmediata, y, por lo tanto, hasta qué punto las condiciones del proceso de la vida social misma han entrado bajo los controles del general intellect y remodeladas conforme a este. Hasta qué punto las fuerzas productivas sociales son producidas no solo en la forma del conocimiento, sino como órganos inmediatos de la práctica social, del proceso vital real. (3)
El desarrollo conceptual de esta tendencia desplaza virtualmente al sistema productivo fuera de la órbita paradigmática del capitalismo. Mediante el reemplazo del trabajo por máquinas, que a su vez tienen la capacidad de producir más máquinas que reemplazan el trabajo humano, el capital reduce el tiempo de trabajo necesario para la reproducción social. La necesidad social de tiempo de trabajo tiende hacia un grado cero. Esta es la razón por la cual Marx afirma que el capitalismo trabaja activamente en pos de su propia disolución. Pero, para contrarrestar su propia disolución, el capital también trabaja contra esta tendencia produciendo escasez y necesidad, y destruyendo los productos del trabajo de diversas maneras, mediante la guerra, las crisis de superproducción y el colapso financiero. Gracias a la tecnología, la productividad se ha incrementado significativamente. En una hora podemos producir la misma cantidad de bienes que solía requerir un día entero.
Sin embargo, el tiempo capturado y sometido al trabajo, luego de una disminución pasajera en la segunda mitad del siglo xx, ahora se está incrementando nuevamente, absorbiendo la mayor parte del tiempo de la vida social. Se podría decir que la civilización social y el progreso humano consisten, fundamentalmente, en la emancipación del tiempo de vida de la obligación de trabajar. Cuando el tiempo de trabajo se reduce, las personas pueden dedicar sus energías a la atención mutua, al cuidado propio, a la educación y al placer. Cuando estamos libres de la obligación del trabajo abstracto, la producción de cosas y servicios útiles no disminuye, por el contrario, aumenta.
Luego de algunas décadas de disminución del tiempo de trabajo, que coincidieron justamente con la difusión de una cultura progresista y movimientos sociales de autodeterminación, la ideología neoliberal lanzó una campaña global a largo plazo para la reducción de los salarios reales con el fin de forzar a las personas a trabajar más. El incremento del tiempo de trabajo y la intensificación de la productividad no estaban destinados a mejorar la vida de las personas, sino a maximizar el crecimiento económico, es decir, la acumulación del capital. Someter las energías sociales a la dominación del dinero es la forma neoliberal de reafirmar la primacía de la acumulación sobre la del bienestar social.
Lo que Marx subestimó en su visionaria predicción en Fragmento sobre las máquinas, es la fuerza cultural del paradigma basado en la acumulación, la avaricia metafísica que transforma la vida del mundo en una mera herramienta para la expansión económica. El capital semiotiza las potencialidades del general intellect, según un paradigma monetario que constriñe y pervierte la capacidad del trabajo intelectual para incrementar la producción de cosas útiles, mientras reduce, simultáneamente, el tiempo de trabajo. Esta es la paradoja que Marx fue capaz de presentir, pero que no llegó a clarificar completamente: : el capital –de manera totalmente impremeditada– reduce a un mínimo el trabajo humano, el gasto de energías. Esto redundará en beneficio del trabajo emancipado y es la condición de su emancipación. […]
Tan pronto como el trabajo en su forma inmediata ha cesado de ser la gran fuente de la riqueza, el tiempo de trabajo deja, y tiene que dejar, de ser su medida y por tanto el valor de cambio [deja de ser la medida] del valor de uso. El plustrabajo de la masa ha dejado de ser condición para el desarrollo de la riqueza social, así como el no-trabajo de unos pocos ha cesado de serlo para el desarrollo de los poderes generales del intelecto humano. Con ello se desploma la producción fundada en el valor de cambio, y al proceso de producción material inmediato se le quita la forma de la necesidad apremiante y el antagonismo.
Desarrollo libre de las individualidades, y por ende no reducción del tiempo de trabajo necesario con miras a poner plustrabajo, sino en general reducción del trabajo necesario de la sociedad a un mínimo, al cual corresponde entonces la formación artística, científica, etc., de los individuos gracias al tiempo que se ha vuelto libre y a los medios creados para todos.4
El sistema económico del capital, que actúa como una jaula semiótica general, impide la posibilidad de emancipación del trabajo humano, mientras que, simultáneamente, expande la capacidad del general intellect para reemplazar el trabajo con tecnología.
El capital mismo es la contradicción en proceso, [por el hecho de] que tiende a reducir a un mínimo el tiempo de trabajo, mientras que por otra parte pone al tiempo de trabajo como única medida y fuente de la riqueza. Disminuye, pues, el tiempo de trabajo en la forma de tiempo de trabajo necesario, para aumentarlo en la forma del trabajo excedente; pone por tanto, en medida creciente, el trabajo excedente como condición […] para hacer que la creación de la riqueza sea (relativamente) independiente del tiempo de trabajo empleado en ella. Por el otro lado se propone medir con el tiempo de trabajo esas gigantescas fuerzas sociales creadas de esta suerte y reducirlas a los límites requeridos para que el valor ya creado se conserve como valor. (5)
Estas páginas son un mapa conceptual que prefigura el desarrollo social y tecnológico de la historia del siglo xx, desde la aceleración de la maquinaria mecánica hasta la digitalización de la producción global en las últimas décadas del siglo.
Cuando Marx habló del capital como una contradicción en proceso, anticipó la sorprendente historia del siglo xx, en la cual el capital en sí mismo, conducido por un instinto de conservación de su propio modelo social y económico, destruyó las grandes potencialidades que se habían creado en el dominio técnico. Cuando habló del desarrollo de las facultades creativas, artísticas y científicas, Marx predijo la intelectualización del trabajo que resulta claramente visible hoy en día. Luego de intensificar el progreso tecnológico, el capital deviene un constreñimiento semiótico.
FIGURAS DEL INTELECTUAL MODERNO
La palabra intelectual ha perdido gran parte de su significado hoy en día, pero durante el transcurso del siglo xx esta palabra fue crucial en el ámbito ético y político. En la Modernidad tardía, la naturaleza del trabajo intelectual cambió drásticamente al ser absorbida progresivamente por la producción económica. Cuando la tecnología digital hizo posible conectar fragmentos individuales de cognición con la producción semiótica, se capturó y sometió al trabajo intelectual al ciclo de la producción de valor.
La Ilustración no definió al intelectual por su condición social, sino como la encarnación de la ideología, como la fuente del sistema universal de valores. En la esfera de la Ilustración, el intelectual era el fundador y la garantía de la realización de los principios universales, el respeto por los derechos del hombre y la universalidad de la ley.
En el contexto del pensamiento kantiano, el intelectual se convirtió en una figura trascendental cuya actividad era independiente de la experiencia social o que, en todo caso, no se hallaba condicionado socialmente en sus decisiones cognitivas o éticas. Este se presentaba, entonces, como el portador de una racionalidad universal, abstractamente humana, de modo que podía ser considerado como la determinación histórica del “yo pienso” (Ich denke).
En este sentido, el intelectual era quien garantizaba la democracia. Esta no puede proceder de orígenes culturales, de algún tipo de pertenencia, sino solo del ilimitado horizonte de la elección, de la posibilidad de acceso y ciudadanía para toda persona en cuanto agente semiótico, es decir, en cuanto sujeto que intercambia signos con el fin de acceder a la racionalidad universal. Esta figura del intelectual se presenta como contraria a la figura romántica del pueblo (volk), o más bien rehúye de ella. El pensamiento universal, del cual nació la aventura moderna de la democracia, evade la territorialidad de la cultura. Este sistema no puede cargar con la impronta de una cultura, de un pueblo o una tradición; debe ser un juego de bases, invenciones o convenciones sin la afirmación del pertenecer.
El punto de vista del revolucionario intelectual resulta significativamente diferente, ya que se afirma a sí mismo desde un pensamiento histórico-dialéctico. En la decimoprimera tesis de Feuerbach, haciendo referencia al rol que debe tener el conocimiento en el proceso histórico, Marx escribe: “Los filósofos solo han interpretado diferentemente el mundo, se trata de cambiarlo o transformarlo”.(6)
El intelectual marxista se concibe a sí mismo o a sí misma como una herramienta del proceso histórico que conduce a una sociedad sin clases sociales. Según Marx, el pensamiento solo es efectivo a nivel histórico cuando reconoce en la clase trabajadora su horizonte de acción. El proyecto comunista concibe la teoría como un poder material y el conocimiento como un instrumento para cambiar el mundo. El intelectual, solo en la medida en que participe en la lucha para abolir la explotación del trabajo, puede convertirse en el responsable de una misión universal.
Según esta visión, el intelectual no tiene nada que ver con el volk, porque el pueblo es la figura territorializada del pertenecer, el predominio de la kultur respecto a la razón, la preeminencia de la raíz respecto a la finalidad. Por el contrario, la clase trabajadora no pertenece a ningún territorio, a ninguna cultura y su horizonte mental es aquel de la clase explotada global, que lucha por la tarea de liberar al mundo de la explotación.
Los intelectuales juegan un rol central en el marco del pensamiento revolucionario comunista, particularmente en la visión de Lenin. En ¿Qué hacer?, Lenin afirma que los intelectuales no son una clase social, no poseen un interés social específico que defender. Generalmente vienen de las clases sociales altas o de la pequeña burguesía, toman decisiones puramente intelectuales y se convierten en intermediarios y organizadores de una conciencia revolucionaria que desciende del pensamiento filosófico. En este sentido, son similares al puro devenir del espíritu, al despliegue hegeliano de la autoconciencia. Por otro lado, los trabajadores, aún portadores de intereses sociales, pueden desplazarse de una existencia puramente económica (el an sich hegeliano de la inmediatez del ser social) a una actividad políticamente consciente (el für sich de la autoconciencia), solo a través de la forma política del partido, el cual encarna y transmite el legado filosófico a las masas. En el vocabulario leninista, se puede hablar del proletariado como el heredero de la filosofía clásica alemana: gracias a las luchas obreras se hace posible la realización histórica del horizonte dialéctico, el punto final del desarrollo filosófico alemán.
En Gramsci, la reflexión en torno a los intelectuales tiene una connotación de análisis social y plantea una formulación materialista del carácter orgánico de la relación entre los intelectuales y la clase trabajadora. No obstante, identifica la dimensión colectiva de la actividad intelectual con el partido, al cual define como el intelectual colectivo. El intelectual de la tradición modernista puede acceder a la dimensión colectiva y política solo si adhiere al partido. En la segunda mitad del siglo xx, la educación de las masas y el cambio técnico-científico reformularon el rol de los intelectuales. Estos ya no son independientes de la producción, ya no son individualidades libres que asumen la tarea de una decisión cognitiva puramente ética y libre, sino una subjetividad social masiva que tiende a convertirse en una parte integral del proceso productivo general.
En este contexto, Paolo Virno utiliza la frase “intelectualidad de masas”. Según su visión, el surgimiento del movimiento estudiantil en los años sesenta fue la expresión consciente de esta nueva figura.
Durante el siglo de las revoluciones comunistas, la tradición leninista pasó por alto la noción del general intellect, pero a la luz de la transformación posindustrial surge como una fuerza central. A medida que la tecnología digital y la creación de la red global redefinen completamente el proceso social en torno al trabajo del general intellect, la concepción leninista del partido e incluso la noción gramsciana del intelectual orgánico pierden consistencia.
EL CIBERTIEMPO Y LA EXPANSIÓN DEL CAPITALISMO
Rosa Luxemburgo afirma que el capitalismo está intrínsecamente impulsado hacia un proceso de continua expansión. El imperialismo es la expresión política, económica y militar de esta necesidad de continua expansión que hace que el capital amplíe constantemente su dominio.
¿Pero qué sucede cuando cada rincón del territorio planetario ha sido sometido a la norma de la economía capitalista y cada objeto de la vida cotidiana ha sido transformado en una mercancía? En la Modernidad tardía, el capitalismo parecía haber agotado toda posibilidad de futura expansión.
Durante un determinado período, la conquista del espacio extraterrestre aparentaba ser la nueva dirección de desarrollo para el crecimiento capitalista. Posteriormente, nos dimos cuenta de que la dirección de desarrollo era sobre todo la conquista del espacio interior, el mundo interior, el espacio de la mente, del alma y del tiempo. La colonización del tiempo ha sido un objetivo fundamental en el desarrollo del capitalismo durante la Edad Moderna.
La mutación antropológica que produjo el capitalismo en la mente humana y en la vida cotidiana ha sido, ante todo, una transformación en la percepción del tiempo. Sin embargo, con la difusión de la tecnología digital, que hizo posible una absoluta aceleración, algo nuevo ocurrió. El tiempo se convirtió en el principal campo de batalla, dado que es el espacio de la mente, el tiempo-mente, el cibertiempo.
He introducido aquí una distinción entre el concepto de ciberespacio y el de cibertiempo. El ciberespacio es la esfera de conexión de innumerables fuentes de enunciación humanas y maquínicas, el ámbito de conexión en ilimitada expansión entre mentes y máquinas. Esta esfera puede crecer indefinidamente, porque es el punto de intersección entre el cuerpo orgánico y el cuerpo inorgánico de la máquina electrónica. Pero el cibertiempo es el lado orgánico del proceso, y su expansión está limitada por factores biológicos. La capacidad del cerebro humano para procesar se puede aumentar con drogas, con entrenamiento y atención, pero posee límites que están conectados a la dimensión emocional y sensitiva del organismo consciente. No se trata de una dimensión infinitamente extensible porque está conectada con la intensidad de la experiencia.
La esfera objetiva del ciberespacio se expande a la velocidad de la replicación digital, pero el núcleo subjetivo del cibertiempo evoluciona a un ritmo más lento, al ritmo de la corporalidad, del placer y del sufrimiento. La composición técnica del mundo puede cambiar, pero la apropiación cognitiva y la capacidad de reacción física no la siguen de manera lineal. La mutación del ambiente tecnológico es mucho más rápida que los cambios en los hábitos culturales y en los modelos cognitivos.
El estrato de la infoesfera crece progresivamente y se hace cada vez más denso y espeso, y los estímulos informáticos invaden cada átomo de la atención humana. El ciberespacio crece sin límites, mientras que, al contrario, el tiempo mental no es infinito. El núcleo subjetivo del cibertiempo sigue el ritmo lento de la materia orgánica.
Podemos aumentar el tiempo de exposición del organismo a la información, pero la experiencia no se puede intensificar más allá de ciertos límites. Fuera de estos límites, la aceleración de la experiencia provoca una conciencia reducida de los estímulos, una pérdida de intensidad que concierne a la esfera de la estética, de la sensibilidad y también de la ética. La experiencia del otro se hace rara e incómoda, incluso dolorosa, ya que este se vuelve parte de un estímulo ininterrumpido y frenético, y pierde su singularidad, su intensidad y su belleza. La consecuencia es una reducción de la curiosidad y un incremento del estrés, la agresividad, la ansiedad y el miedo.
La aceleración de la infoesfera produce un empobrecimiento de la experiencia, porque nos expone a una masa creciente de estímulos que no podemos elaborar intensivamente o percibir y conocer profundamente. Más información, menos significado. Más estímulos, menos placer. La sensibilidad se manifiesta dentro del tiempo. La sensualidad se desarrolla con lentitud. Como el espacio de información es demasiado vasto y rápido no logra dilucidar la sensualidad de manera intensa y profunda. El punto crucial de la mutación contemporánea reside en la intersección entre el ciberespacio electrónico y el cibertiempo orgánico.
El cerebro social se halla sometido a la invasión de flujos videoelectrónicos y experimenta la superposición del código digital sobre los códigos de reconocimiento e identificación que dan forma a las culturas orgánicas. La aceleración producida por las tecnologías de red y la precarización del trabajo cognitivo provocan un efecto patogénico de saturación del tiempo de atención. La patología del trabajo cognitivo es la nueva condición de alienación, el requisito previo para la rebelión del cognitariado y, posiblemente, para la recomposición del cuerpo del general intellect.
Notas
1. Karl Marx, Elementos fundamentales para la crítica de la economía política (Borrador) 1857-1858, vol. 1, Madrid, Siglo xxi, 1976, p. 25. 2. Ibíd., vol. 2, pp. 219 y 220. 3. Karl Marx, ibíd., vol. 2, pp. 229 y 230. 4. Karl Marx., ibíd, vol. 2, pp. 224, 228 y 229. 5. Ibíd., vol. 2, p. 229.
Ecuador votó “Sí” a la protección del Amazonas y abre un horizonte postextractivista
agosto 22, 2023
Las elecciones nacionales ecuatorianas registraron un hito histórico. Se trató de la consulta popular que rechazó la explotación petrolera en el área amazónica de Yasuní y otra, en Quito, contra la minería en la reserva de El Chocó Andino. Iniciativas populares, respaldadas con el 60 por ciento de los votos, que marcan el camino para deconstruir décadas de políticas extractivas con más democracia.
La consulta popular que dijo “Sí” a la preservación de la biodiversidad en Yasuní no fue la única de la jornada electoral ecuatoriana. En Quito, sus habitantes también votaron a favor de prohibir la minería en El Chocó Andino. Se trata de las parroquias de Nono, Calacalí, Nanegal, Nanegalito, Gualea y Pacto, que conforman la Mancomunidad del Chocó Andino, donde se impulsa la producción agroecológica, el turismo rural y la ganadería como alternativa económica. En este caso fueron cuatro consultas, todas con resultados para detener la minería a nivel artesanal, pequeña, mediana y a gran escala en esa zona. En todas, el "Sí" alcanzó el 68 por ciento de los votos.
Foto: Carolina Zambrano
“¿Está usted de acuerdo en que el gobierno ecuatoriano mantenga el crudo del ITT, conocido como bloque 43, indefinidamente en el subsuelo?”. La pregunta sintetizó la consulta popular que efectuaron ecuatorianos y ecuatorianas en paralelo a las elecciones presidenciales del domingo pasado. Con el 98 por ciento de las mesas escrutadas, el Consejo Nacional Electoral informó que el “Sí” al freno de la explotación petrolera en el Parque Nacional y Reserva de Biosfera Yasuní ganó con el 58,9 por ciento de los votos, una cifra que superó la suma de votos conseguidos por Luisa González (33,2 por ciento) y Daniel Noboa (24,1 por ciento), candidatos presidenciales, ambos a favor de la explotación petrolera, que definirán quién llegará al poder en el balotaje de octubre.
Con el “Sí” a la preservación de Yasuní, el pueblo ecuatoriano sentó un precedente histórico: una consulta popular planteó al próximo gobierno la obligación de establecer una política post petrolera, post extractivista, en el Amazonas. La empresa estatal Petroecuador confirmó que acatará el resultado de las urnas "en absoluto respeto de este proceso democrático". “Esta consulta, nacida desde la ciudadanía, demuestra el mayor consenso nacional en Ecuador. Es la primera vez que un país decide defender la vida y dejar el petróleo bajo tierra. ¡Es una victoria histórica para Ecuador y para el planeta!”, celebró el el colectivo de asambleas ciudadanas e indígenas Yasunidos.
La abreviatura “ITT” de la consulta corresponde a las áreas de exploración petrolera conocidas como Ishpingo, Tambococha y Tiputini, que conforman el bloque 43 dentro del Parque Nacional y Reserva de Biósfera de Yasuní. En 1989, con una superficie de más de un millón de hectáreas, Yasuní fue designada reserva mundial de la biosfera por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco). Con esas dimensiones, se convirtió en el área protegida más grande del Ecuador continental y es considerada como uno de los territorios más biodiversos del mundo.
“En una hectárea hay más biodiversidad que toda Norteamérica”, sentencia una de las consignas Yasunidos, el colectivo que llevó adelante la campaña en defensa de la reserva desde 2013, cuando el gobierno de Rafael Correa decidió avanzar con la explotación petrolera, política que se sostuvo sin divisiones tanto con el sucesor en el poder Lenin Moreno —presidente en el periodo 2017-2021 y ex integrante del movimiento Revolución Ciudadana, fundado por Correa— como con el actual presidente y banquero Guillermo Lasso. El área amazónica amenazada —donde la estatal Petroecuador comenzó a operar en 2016— cuenta con 610 especies de aves, 139 especies de anfibios, 121 especies de reptiles y más de 250 de peces.
Parque Nacional y Reserva de Biosfera Yasuní. Foto: Carolina Zambrano
La zona está habitada por los pueblos indígenas Tagaeri y Taromenane, que viven en autoaislamiento, y no fueron consultadas sobre el proyecto extractivo. “Los territorios de los pueblos en aislamiento voluntario son de posesión ancestral irreductible e intangible, y en ellos estará vedada todo tipo de actividad extractiva”, sostiene el artículo 57 de la Constitución de Ecuador. La carta magna, reformada en 2008 en el primer mandato de Correa, también marcó un hito internacional al reconocer el Derecho de la Naturaleza, vulnerado por la explotación petrolera en Yasuní.
"Es un triunfo histórico para el Ecuador, pero también para el planeta entero porque frente a la inacción de los gobiernos, que se reúnen cada año en las COP para supuestamente tomar medidas en contra del cambio climático pero que nunca las toman, el pueblo ecuatoriano ha dado el primer paso para hacer frente a esta lucha", comentó Antonella Calle, vocera del colectivo Yasunidos, a Mongabay Latam.
“Este referéndum es fruto de un arduo proceso de más de dos décadas de trabajo de la sociedad ecuatoriana que comprende que la verdadera riqueza de este país se encuentra en su biodiversidad y no en el petróleo y la industria destructiva que lo extrae”, valoró la organización Oilwatch Costa Rica, que actuó como parte de los observadores externos de la consulta popular. Y sostuvo: “Los resultados de este referéndum constituyen un paso firme hacia la transición de una sociedad post petrolera en América Latina. Una transición justa hacia la reparación ecológica”.
El postextractivismo en debate por decisión popular
En tiempos en los que la crisis climática es noticia y no pronóstico, mientras se suceden las Conferencias de Cambio Climático de la ONU sin que se cumplan las bases del acuerdo alcanzado en París en 2015, la necesidad de reducir el uso de los combustibles fósiles es inmediata. Sin embargo, Ecuador, como el resto de los países de la región —con la excepción de la Colombia de Gustavo Petro, donde se impulsa la prohibición del fracking— continúan apostando a la extracción de combustibles fósiles con el argumento de las regalías y el ingreso de dólares vía exportación. En la Argentina, la inauguración del gasoducto Néstor Kirchner, la exploración de la Cuenca Argentina Norte y el oleoducto proyectado para conectar Vaca Muerta con el Golfo San Matías, son prueba de ello.
En los primeros dos años como presidente, Correa se comprometió a mantener el crudo del ITT-Yasuní bajo el suelo. Sin embargo, lo hizo bajo el concepto de la pérdida económica, con el que condicionó la preservación al éxito de una compensación internacional financiera por mantener la biodiversidad del Amazonas. Una carta de negociación reiterada en los foros internacionales y ya en marcha, por acuerdos bilaterales, conocida como “mercados de carbono”.
Aquella política coincidió con la denuncia de Correa sobre el desastre ambiental que Texaco-Chevrón había dejado en la selva ecuatoriana y la cercanía del entonces ministro de Energía y Minas, Alberto Acosta, quien en 2008 sería el presidente de la Asamblea Constituyente que declaró el hito mundial del reconocimiento del Derecho de la Naturaleza. Tras ser reelegido, con nueva constitución en marcha, el gobierno de Correa avanzó en la política de “mercados de carbono” y al no conseguir suficientes acreedores internacionales, a pesar de los discursos del cuidado del ambiente, en 2013 decidió avanzar con la explotación del bloque ITT.
La empresa estatal Petroecuador ingresó a esa zona del Amazonas en 2016 y este lunes, tras la victoria del “Sí”, dijo que respetaría la decisión, pero volvió a marcar la situación en cifras: se alcanzó una producción de 58.000 barriles de petróleo, 11 por ciento del total de la producción de petróleo de Ecuador, lo que se traduce en unos 1.200 millones de dólares anuales. Y agregó que, con la explotación en marcha, el desmantelamiento de instalaciones, cuya construcción costó cerca de 2.000 millones de dólares, supondrá un gasto de cerca de 500 millones de dólares.
Desde esa perspectiva economicista-extractiva, la respuesta de las organizaciones ambientalistas e indígenas nucleadas en Yasunidos sostiene como plataforma, desde 2013, que los gobiernos podrían buscar otra solución posible para conseguir esos fondos: “Revirtiendo la tendencia a la reducción de la carga tributaria que se viene dando estos años, si se logra un incremento adicional del 1,5 por ciento a lo que actualmente pagan los grupos económicos, se obtendrían a valor actual 2.000 millones de dólares más a lo que se ha planificado obtener por la explotación del Yasuní. Es decir, en 25 años se generarían más de 20 mil millones de dólares que compensarían los 18.292 millones que se pretenden extraer de la reserva natural”.
La mirada sobre la pérdida de empleos o divisas por exportación también fueron parte de las críticas a quienes se opusieron a la prohibición de la minería en El Chocó Andino. Tras la victoria del “Sí”, Inty Arcos, integrante de la mancomunidad de El Chocó Andino y parte del colectivo Quito Sin Minería, explicó: “Hace mucho tiempo se vienen trabajando alternativas económicas”. Y mencionó el caso de la producción agroecológica de caña de azúcar en unas 1.500 hectáreas de esa región, a través de la cual se generan exportaciones de “panela” —jugo deshidratado de caña de azúcar— a Italia, Francia y España. “Solo ese sector genera 2.400 fuentes de empleo, no existe ninguna mina en el mundo que pueda absorber esa cantidad de empleo”, sentenció.
En ese tono, la plataforma de Yasunidos sostuvo desde el inicio de su reclamo por una consulta popular que “la plata del petróleo no nos ha sacado de la pobreza”. Con esa convicción reunieron 750 mil firmas para ir al plebiscito en el 2014, sin embargo, por trabas burocráticas no fue hasta 2022, que el Consejo Nacional Electoral reconoció la validez de la presentación. En mayo pasado, la Corte Constitucional dictaminó que era válida la solicitud que llegó a cada ecuatoriano el domingo pasado y surgió con un rotundo “Sí” a la biodiversidad.
Foto: Télam
En una minuciosa columna publicada en la previa de la votación, el Investigador del Centro Latino Americano de Ecología Social (Claes) Eduardo Gudynas destacó el proceso democrático llevado adelante por el pueblo ecuatoriano como un nuevo marco para el debate de las políticas de transición energética con un horizonte postextractivista. Gudynas señala que las iniciativas populares pueden apuntar a proteger sitios, zonas o regiones ecológicas, donde “las características ambientales y sociales implican que un extractivismo es inaceptable” y, más allá de los mencionados “beneficios económicos”, “la meta primaria es la protección de la vida, humana y no-humana, y la prohibición es una consecuencia de ese compromiso, pero no un fin en sí mismo”.
Gudynas marca el hito ecuatoriano como parte de las “transiciones postextractivistas” y subraya que “sólo son posibles desde una radicalización de la democracia”. “Estamos ante un esfuerzo que debe ser observado con atención desde los países vecinos. Es especialmente relevante, pongamos por caso, para Chile ante el debate que está en marcha sobre la minería de litio, o en Colombia, considerando la resistencia a la minería de carbón”, sostiene el especialista e investigador.
Y convoca a “yasunizar” el debate en toda la región: “Sea por mantener los recursos en tierra como por consultas verdaderamente democráticas. Finalmente, todo este proceso es un recordatorio de la necesidad de observar, recuperar y analizar las experiencias propias de América Latina”.
Por E. Vigil, Y. San Miguel, A. Flores y E. Almeida
Canal Defender el territorio, Construir el futuro
Ecogenocidio son los actos que deliberada o colateralmente producen daños al medioambiente, la cultura y las poblaciones, a los actos que provocan un daño tan profundo, masivo y sostenido que implican la destrucción del territorio, la cultura y la vida social, comunitaria y ecológica de forma inmediata o paulatina.
Una de las formas de éste Ecogenocidio que va más allá de un territorio determinado y relacionado con una cultura es la que se puede generar a nivel planetario, es decir si la humanidad en su conjunto comienza a morir poco a poco por la contaminación o por el calentamiento global. El Ecogenocidio se está configurando como una guerra que parece intensificarse en América Latina por los intereses extractivos de EE.UU. y otras potencias y corporaciones podríamos llegar a niveles más altos de violencia y guerra que bien podrían generar otro tipo de crímenes y un Ecogenocidio más generalizado en la región.
El contexto de guerra que estamos viviendo a nivel planetario nos recuerda lo que las/os/as zapatistas llamaron la Cuarta Guerra Mundial, la guerra del mercado contra la humanidad. Esta guerra nos ha llevado a lo que padecimos con la pandemia, al surgimiento de enfermedades zoonóticas, al calentamiento global, a crisis humanas extremas, altas cifras de violencia y muerte de forma cotidiana.
En este contexto el despojo es central, la acumulación por desposesión ha provocado la ejecución de múltiples crímenes, de los cuales dos ocupan nuestra atención, el Ecocidio y el Genocidio, que han comenzado a darse de un modo más atroz ubicándonos en una situación de urgencia planetaria. El funcionamiento de la lógica extractiva en todos los ámbitos y el funcionamiento de ciclos de mercado legales e ilegales basados en lógicas necropolíticas nos han llevado al borde del colapso.
La realización de las COP (Conferencia de las Naciones Unidas sobre cambio climático) ha sido un modo de preservar y perpetuar estas mismas lógicas extractivas en las que en lugar de detener la destrucción, se paga, se “compensa” el daño.
El problema es que aún hay quienes creen que pueden escapar a esa pesadilla, por ejemplo, el plan de huida de Jeff Bezos y Elon Musk se ha convertido en una versión exagerada o extrema de algo que nos pasa a todas/os.
En las ciudades no hay claridad de directamente hacia dónde se va nuestro impacto, por eso se criminaliza muchas veces a las comunidades, porque los medios de reproducción de la vida que tienen que ver con la tierra, están precarizados y son las redes de interdependencia que nos sostienen, que sostienen la vida.
En las ciudades se ha individualizado el asunto del impacto y por lo tanto de las respuestas y soluciones.
En el ámbito de la geopolítica, la cuestión de los países ricos que llevan sus residuos tóxicos a otros lados, generalmente países del sur global, da cuenta de la dimensión racista del Ecocidio/Genocidio.
El hecho de que la COP27 estuviese patrocinada por Coca-Cola y que los participantes llegaran en jets privados se convirtió en una muestra más de la burla de los ecocidas. La acumulación y la colonialidad siempre están presentes en los procesos de despojo. En ese sentido el Genocidio provocado por el Ecocidio se da poco a poco y hasta puede parecer imperceptible porque el discurso que se centra en los cambios individuales lo esconde.
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